Como cuando un amigo te lo cuenta

Aunque parezca que no, los políticos también tienen sangre en sus venas como demostró hace poco Obama cuando se partió el labio. ¿Y qué pasa con este tipo de cosas? ¿Qué hay que hacer cuando el presidente Obama tiene un tonto accidente como este? Pues por lo visto, lo primero es colgarlo en Twitter. Después que el secretario de prensa de La Casa Blanca saque un comunicado dejando claro hasta qué tipo de hilo utilizó el médico para la sutura. Más tarde emitir otro comunicado en nombre del dueño del codo que hirió el presidencial labio. Y luego conseguir que se convierta en la foto del día.

"He aprendido que el presidente es un duro competidor y un buen deportista. Disfruté jugando baloncesto con él (...) Estoy seguro que estará de vuelta a la cancha pronto", señaló Decerega ese día.

Pura maestría. Sobre todo, porque si recordamos la caída del Rey ante miles de personas ahí no hubo comunicado que valiera. Nada. No hicieron nada. Los medios de comunicación pudieron divagar sobre el accidente y sobre la salud del Rey Don Juan Carlos, sin tener ninguna aclaración momentánea. Un pequeño bofetón antimonárquico. Diferencias de comunicación y creación del personaje entre nosotros y los que están a siete horas menos.

Estos son mínimos detalles, pero que en la mayoría de ocasiones debemos tener en cuenta. Porque si nos fijamos bien los americanos, de un simple accidente han convertido a Obama en un presidente de la calle, deportista, que juega con sus amigos al baloncesto de igual a igual. Dejan ver entre líneas que Obama además de ser presidente de los Estados Unidos es muchas más cosas, como por ejemplo, un amigo tuyo. El Twitteo de Obama a propósito de este tema fue como el de un amigo que te lo cuenta.

Y es que al final el detalle es lo que cuenta. Es lo que cuenta cuando estamos en una situación difícil para todos, pero lo que se habla en la calle es que Obama se ha roto el labio. Cuando se convierte en portada de periódicos, en trending topic y en la noticia del día en los status de Facebook. Los temas de primer orden pasan a ser anecdóticos tras lo que es la verdadera anécdota.